lunes, 21 de diciembre de 2015 1 comentarios

Celebrar la oscuridad





Una de las celebraciones que me resulta más encantadora es la del Solsticio de Invierno, esta finalmente se lleva a cabo en una temporada que resalta por ser familiar, y no solo hablo de la "familia sanguínea", en mi caso, por diversas situaciones mi relación con la familia de sangre se ha venido fracturando, el renacimiento de la luz que se lleva a cabo en el solsticio me ha hecho entender de que "la luz" necesita pasar de alguna manera, y en muchas ocasiones necesita fracturar, abrir grietas para llegar hasta nosotros, para muchos además es una temporada de descanso, las vacaciones colectivas, familiares y con amigos, es un tiempo en donde la prisa de lo cotidiano puede disminuirse, aunque en ocasiones es reemplazada por las prisas de las fiestas. 

La luz y su renacimiento suelen ser los puntos centrales en las celebraciones del solsticio de invierno, en realidad, la gran mayoría de los mitos y las historias utilizadas en las liturgias se refieren a la luz, dejando en un segundo plano la oscuridad, amamos demasiado la luz, a ella dejamos los cánticos de alegría y gozo mientras que hemos entendido, o mejor, hemos supuesto entender que la oscuridad viene acompañada de la melancolía y la tristeza, cuando cae el sol nos dirigimos directamente a la cama, tenemos prisa de hacerlo porque la única forma que tenemos para soportar esta otra cara es estando dormidos, incluso de esta manera, tratamos de mantener algún rezago de luz en la oscuridad, una luz de noche, una vela o el fuego de la chimenea en las habitaciones. 

El Rev. Eric Baron suele contar la curiosa historia de un par de hermanos, la niña "Luz" y el niño "Noche", Luz era querida por todos en el pueblo, sus habilidades curativas eran apreciadas por todos, sin embargo su hermano, Noche, no era tan bien recibido, la calma y el silencio que traía con él no eran tan aceptados, solo era tolerado por ser el hermano de Luz (creo que inconscientemente en un primer momento todos toleramos la oscuridad porque entendemos que sin esta, la "Luz" simplemente no podría acompañarnos), en una ocasión, los aldeanos ante su amor a la Luz le pidieron a la niña que detuviera el Sol en el centro del cielo, pese a su renuencia, esta finalmente acepto, por un tiempo todos en el pueblo se sentían a gusto, al menos eso creían, ahora sin la noche no sabían exactamente cuánto tiempo había pasado, sin embargo, comenzaron a cansarse, la luz era incesante, muchos comenzaron a temer nuevamente, temían a desear la noche, comenzaron a temer que aquello en que creían ya no era cierto, no amaban ilimitadamente la luz, y tampoco temían pavorosamente la oscuridad, los aldeanos entonces decidieron pedirle a "Luz" que hiciera mover al Sol, sin embargo su magia ya no funcionaba, se había detenido junto a este, no tuvieron otra alternativa que pedirle a "Noche" que hiciera mover al Sol, solo basto un pedido de este para que el Sol se pusiera y todo quedara en tinieblas, ninguno de los aldeanos había encendido ni una sola vela para iluminarse, por primera vez todo quedo a oscuras, correr hasta sus casas no era una opción, la noche trajo consigo un sentimiento, casi una obligación de tomar la situación con calma y de está forma, cuando alguno de ellos levanto su mirada no logro contener la sorpresa al ver el cielo estrellado, nunca se habían percatado de este. 

Muchos estamos acostumbrados a venerar la presencia de la luz este día, celebramos su renacimiento aunque realmente celebramos la costumbre de la luz, estamos acostumbrados a tener la presencia de la luz solo en ciertos aspectos de nuestra vida, y huimos de aquellos en donde la oscuridad reina, el acto de dejar las luces de las velas encendidas toda la noche hasta la mañana siguiente es un acto que nos recuerda que la luz puede pasar a través de cualquier cosa, pero que de nada sirve que la luz aparezca y renazca si no nos tomamos el tiempo para entender bajo la calma que trae la oscuridad en qué lugares pretende renacer la luz, en dónde podemos encontrarla y qué hacer para aprovechar su presencia, somos como los campesinos, huimos de la oscuridad, cuando es allí en donde puede encontrarse, de donde puede surgir la mayor cantidad de luz, celebrar la oscuridad es al mismo tiempo u acto que celebra la luz y viceversa. 


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