sábado, 19 de septiembre de 2015 0 comentarios

Cuatro "no" para un activista



Dentro del activismo ambiental es fácil desalentarse, hay especialmente cuatro asuntos relacionados con mitos comunes que pueden lograr este efecto, con el fin de no caer en una situación de baja moral por ellos la persona interesada en el activismo debe ser consciente de cuales son los argumentos que refutan cada uno de estos mitos.


  1. No tenemos todas las respuestas, no hay que saberlo todo, solo hay que preguntárselo todo.

    No tenemos la respuesta a todas las preguntas, con el tiempo he podido entender que en los asuntos relacionados con el medio ambiente, su cambio y deterioro, ninguna solución será "la solución", esto se debe a que los problemas medioambientales son situaciones complejas, que requieren de un trabajo en muchos niveles, un ejemplo de esto es el cambio climático, cuando se proponen soluciones como la adopción de medidas para hacerle frente inevitablemente vamos a enfrentarnos con personas que tendrán ideas negativas en cuanto a ello, personas que prefieren mantenerse en la desesperanza y se resignan el fracaso, nosotros preferimos trabajar contra los pronósticos desalentadores, que contra la idea de un mundo mejor. El activismo ambiental necesita de muchas personas que trabajen en muchos niveles diferentes, un trabajo que no tiene un resultado inmediato, sino que es necesario realizar el trabajo por un periodo prolongado de tiempo, nuestro trabajo en relación a esto puede parecer pequeño, pero es parte de un esfuerzo mucho más grande, los problemas ambientales son más grandes que cualquiera de nosotros por separado, al igual que la solución, pero nuestro trabajo en conjunto puede alcanzarla, no tenemos todas las respuestas, y esto no deslegitima nuestro trabajo, pero si sabemos que debemos continuar, sabemos que hacemos lo correcto, que hacemos lo que podemos y que si tu lo hicieras estaríamos más cerca de una solución global, y es por eso que instamos a más personas a unirse a ser parte de la solución.
  2. No tenemos que hacerlo todo.

    Una premisa en cuanto a este asunto es comprender que así como una sola persona no causo todos los problemas ambientales, de ese mismo modo una sola persona no podrá solucionarlos, el activismo, especialmente el ambiental, requiere de un trabajo grupal, que parte de un sentimiento de interconexión, y esto es importante también en el sentido de que es gracias a la idea de lo individual que estamos en problemas con el mundo, la acción individual es importante, pero es la acción colectiva la que podrá cambiar las cosas en el mundo, así que este es un buen punto también para preguntarse ¿cómo puedo convertir la acción individual en una colectiva?
  3. No hay que ser perfecto.

    No hay una forma más correcta que otra de llevar su activismo, es necesario tomar el asunto con calma ya que al momento en que entramos en contacto con el movimiento ecológico comenzamos a ver que hay miles de formas en las que podemos cambiar nuestras vidas para ser más responsables, y esto puede llegar a abrumarnos, muchos pensaran que eres un tanto hipócrita porque no sigues su estilo de vida, van a tratar de hacerte sentir mal, y no hay por que, hacemos lo que podemos de la mejor manera y al ritmo que podemos.

    No hay elecciones perfectas o libres de consecuencias, lo mejor que podemos llegar a hacer es tratar de educarnos para entender las consecuencias de todo lo que hacemos para así tomar las decisiones más responsables.
  4. No debes probarle nada a nadie. 

    No importa en qué momento de tu vida llegaste al activismo ecológico, no se llega tarde, así que no hay por qué sentirse avergonzado, o hay que probarle nada a nadie, ni pedirle disculpas a nadie, la clave es concentrarnos en nuestro trabajo, siempre hay algo por hacer, y nunca vamos a complacer a todo el mundo, no es necesario recibir la aprobación de nadie para que nuestra palabra este legitimada, poder hablar libremente es otra forma de activismo, hablar es una forma de cambiar la narrativa dominante. 

     

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