lunes, 16 de junio de 2014

Una llamada de la Diosa

'The Faerie Queen' por Maria Hadfield Cosway,
1781.
Su llamado no proviene del exterior, de ser así todos lo escucharían, como el llamado que se le hace a un héroe, a diferencia de ello su llamado debe ser escuchado desde adentro, recuerda que "aquello que no encuentres dentro, no podrás hallarlo fuera", su voz nos toma desprevenidos la primer vez, es tan sutil y tan profunda como la quietud de la mañana o el viento que pasa a través de los árboles, Ella nos lleva a una comprensión cada vez más profunda de los ritmos de la naturaleza y la sabiduría de nuestros ancestros, de las mujeres antiguas. 

El llamado místico de la Diosa no suele provenir de la esfera de la mente y la razón, viene de algo más profundo, un santuario interior que esta en una perfecta interconexión con lo exterior, ella es nuestro cuerpo, su aliento esta en nuestra respiración, el agua que fluye por la tierra es nuestra sangre y el fuego de su espíritu esta en cada latido de nuestro corazón, Ella nos nutre y nos anima a explorar cada vez más a fondo nuestro Santuario Interior.

Cuando la escuchamos realmente nuestra vida cambia, "Ella cambia todo lo que toca" y esto es así, Ella nos da una serie de regalos desde nuestro santuario interior que debemos acoplar a nuestra vida cotidiana de una manera inspiradora, nuestra confianza en lo desconocido aumenta, sabemos que Ella esta con nosotros, que caminamos a través de Ella, nuestra sabiduría interior también se vuelve más fuerte, la escuchamos con más frecuencia y claridad, también nuestro acceso a la fuente de la creatividad, la salud y la prosperidad se vuelve más amplio, etc... 

La Diosa nos llama a escuchar nuestra propia sabiduría, nuestra visión, nuestros sentimientos, lo que nuestra alma desea expresar, esto en definitiva esta muy alejado de la idea del sermón de un ministro sobre lo que esta bien o esta mal, sentarse a los pies de un salvador o en un confesionario.

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